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....Y vió que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el amigo, receloso y abnegado; con la mujer voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual y sobrio. en sus conversaciones, malicioso e ingenuo, incrédulo y supersticioso; en todo caso alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pié y soberbio a caballo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y virtudes en las almas nuevas" Don Rómulo Gallegos

9 de febrero de 2010

Nos vamos pa´l baile

Cuenta el abuelo, que las invitaciones a los parrandos se hacían con bastante anticipación, y de las mismas se encargaba una especie de Heraldo, que iba de casa en casa (muy distantes unas de otras), a notificar: El patrón Fulano va a dar un baile y va a matá una vaca. A la invitación añadía: ¿Que va a encargá?. La pregunta se hacía porque en realidad, los bailes eran una forma de hacer negocio, las reses que se sacrificaban, no eran para agasajar a los invitados, eran para la venta.Y la gente encargaba la pieza que queria. El anfitrión ponía igualmente una especie de barra, donde colocaba distintos productos, cuya intención la cuento mas adelante.
La gente se preparaba para la fiesta, lavaban la mejorcita ropa en el río y sacaban las alpargatas. Salían temprano, para llegar de mediodía pa´ bajo, siempre antes de la 6:00 para evitar los espantos. Iban descalzos y se ponían las alpargatas después del último paso de rio. Los hombres dejaban el garrote (una vara) y el machete en la solera de la casa. las mujeres jóvenes iban dispuestas a bailar hasta el amanecer. Se pintaban las mejillas con onoto o ladrillo. Los niños iban felices, pues los hombres les regalaban caramelos, o galletas de soda, o galletas maría!!! cosas exquisitas y muy escasas en el campo.
Empezaba el baile: arpa,capacho y buche!! (buche es voz, canto), pues en Rio Grande no se usaba cuatro. El hombre sacaba a bailar a la mujer y al terminar la pieza, debía obligatoriamente llevarla a la barra y dejar que pidiera algo: un trago de caña clara que se servía en un pocillito de zinc con asa, una lata de sardina, a veces de salmón o cualquier cosas que estuviera en venta. Por supuesto, las mas agraciadas o mejores bailarinas, salían de esas fiestas con su "mercadito".
El aguardiente se tomaba fondo blanco y después obligatoriamente se escupía . Hombres y mujeres actuaban de esta forma. El arpista que no podía parar, a veces le lanzaba un verso a algun hombre. Quieres un palo? le decia el aludido - Guá pero si ya debería estar escupido!!!, respondía el del arpa.
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